Acuerdo de colaboración con Siemens

El 4 de Octubre del 2012 la Consejera Delegada de Siemens, Doña Rosa María García, Don Eugenio Soria Gutierrez, Apoderado de Siemens, y Doña Carmen Sanz Chacón como Presidenta de la Fundación, suscribieron un acuerdo de colaboración para facilitar la integración laboral y el desarrollo profesional de los jóvenes superdotados, así como para realizar actividades para el desarrollo del talento y la educación en todos los ámbitos de su vida.

Por medio de este acuerdo, Siemens se compromete a estudiar la incorporación de los candidatos que presente la Fundación mediante contratos, ya sean en prácticas, de formación, indefinidos o similares.

Según Carmen Sanz, “con este convenio Siemens se une a Indra, Everis, BBVA, REPSOL, Bureau Veritas Business School, entre otras Empresas Colaboradoras que ya están incorporando jóvenes superdotados a sus plantillas a través del proyecto «Talento para las empresas» que lleva a cabo la Fundación. La inteligencia y la creatividad son importantes en cualquier ámbito laboral, pero especialmente en aquellos que requieren una elevada concentración, independencia de pensamiento, capacidad de desarrollo de nuevas ideas y, en general, enfocar las cosas de otra forma.”

Siemens apuesta por el talento

Por su parte, Rosa María García asegura que este acuerdo “se enmarca en la apuesta de Siemens por el talento. Con este convenio queremos darle una oportunidad a estos jóvenes para que desarrollen su potencial y su creatividad en una carrera profesional adecuada a sus posibilidades”.

Los jóvenes superdotados tienen a menudo dificultades para integrarse en la sociedad, ya sea por las carencias de un sistema educativo adecuado a sus capacidades, como por sus propias dificultades emocionales. En muchas ocasiones les suponen un impedimento para el desarrollo de las habilidades sociales con las que acceder a profesiones de las que sí son capaces de desarrollar.

Ya desde la infancia, los superdotados suelen sufrir dificultades de adaptación en el entorno escolar, puesto que la educación que reciben está por debajo de sus capacidades normales. De esta manera, muchos se aburren y en ocasiones tienen comportamientos disruptivos y en algunos casos se les diagnostica erróneamente de hiperactividad y de problemas de atención.

Al llegar a la adolescencia, esta falta de motivación, unida a sus problemas de autoestima por el rechazo de sus compañeros, y la falta de hábitos de estudio, que nunca les han hecho falta, se convierten en una mala mezcla que convierte a muchos chicos superdotados en alumnos fracasados.

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